“Pa’lante, muchachas”

De edad indescifrable y sabiduría infinita, Waldistrudes es la matrona de la vereda La Variante, en Tumaco, y el oráculo de su comunidad. Después de criar a sus nueve hijos sola y darles estudio vendiendo hojaldres y morcillas, nada le queda grande. Hace nueve años, junto a 22 personas –17 de ellas, mujeres–, se embarcó en la tarea de consolidar una asociación cacaotera. “En el tiempo de la coca, algunas compañeras sembraban, pero decidieron cambiar de vida”, recuerda. Los cultivos ilícitos fueron reemplazados por cacao y, tras un curso del @Senacomunica, comenzaron la asociación. Solo contaban con un molinito de mano y una caldera. Como había que pelar los granos a mano, Waldistrudes permanecía con los dedos hinchados; sin embargo, terminaba el día diciéndoles a sus compañeras: “Pa’lante, muchachas”. Hoy reciben pedidos de países como Estados Unidos y Suiza. Ya tienen un local. Solo les queda un sueño por cumplir: tener su propio molino.

Waldistrudes Ruiz, mujer de la comunidad, Tumaco (Nariño).

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