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photo_camera Pilar Mejía @pilarmejia8

“Estoy firme con la paz, lista para echar pa’lante”

“Siempre pensé que me iban a matar y que no volvería a ver a mi familia”, afirma Manuela, una indígena wiwa de 32 años que desde los 11 estuvo en las filas de las Farc-Ep. Todo lo que recuerda está relacionado con la violencia: en su casa, en la selva, en el monte. Ahora vive con su pareja y su pequeña hija en el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Tierra Grata, en el Cesar, y va a construir su vivienda en esta tierra. Todavía le cuesta creer que ya no carga un fusil. Si no hubiera sido por la reincorporación, reconoce, su hija no habría nacido y tal vez no se le habría metido en la cabeza el anhelo de convertirse en cuidadora de niños. Cuando piensa en el pasado, no se arrepiente, pero tampoco volvería atrás. “Estoy firme con la paz, lista para echar pa’lante”, advierte.

Manuela Loperena, excombatiente de las Farc-Ep, Manaure Balcón del Cesar (Cesar).

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