Excombatientes y habitantes de la comunidad trabajan juntas alrededor de diferentes iniciativas productivas y comunitarias en Mesetas (Meta), una de las zonas más golpeadas por la violencia.
En las veredas La Guajira, Buenavista, La Unión y Nueva Esperanza, en el municipio de Mesetas, en el departamento del Meta, se escuchan todavía las historias que dejaron los años de violencia, pero que ahora parecen lejanas, como una pesadilla de la que al fin sus habitantes pudieron despertar. En vez de miedo, aquí hay esperanza, reconciliación y ganas de escribir un nuevo capítulo.
La prueba de ese nuevo escenario que apenas se dibuja en Mesetas son las iniciativas productivas y comunitarias que unen a excombatientes de las Farc-Ep con habitantes de las veredas cercanas. Una de ellas es ‘Mupropaz’, que nació con recursos de cooperación internacional, y el apoyo y la asistencia técnica de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), para impulsar a un grupo de mujeres en un emprendimiento de ganadería de leche con el que buscan obtener ingresos estables.
“Nuestro proyecto apenas está gateando. Ahora estamos definiendo si creamos una asociación o si repartimos beneficios. Tenemos ocho vacas que producen 900 litros de leche mensuales que nos compra una empresa local. Nosotras nos encargamos de sembrar, abonar, limpiar el terreno y preparar la comida de los animales, que es balanceada. Aquí se les da pasto, caña y maíz con miel. Todo muy orgánico, nada de químicos”Lida María Urrego, la excombatiente que lidera el proyecto.
Son 18 personas quienes integran ‘Mupropaz’. Cuatro mujeres de la comunidad y, el resto, reincorporadas o compañeras de excombatientes que viven en el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) La Guajira y en zonas aledañas. Juntas se han formado y juntas están sacando adelante este programa piloto, que esperan ampliar y fortalecer.
Además de ‘Mupropaz’, las mujeres excombatientes y de la comunidad adelantan otras iniciativas para el desarrollo de su territorio, entre ellas, el proyecto ‘Mungubsi’, que es el resultado de un proceso comunitario con enfoque de género liderado por la ARN y el British Council con su programa ‘Active Citizens’.
‘Mungubsi’ busca mejorar las instituciones educativas de cuatro veredas del municipio, con el fin de fortalecer entornos protectores para las niñas y los niños. En este proceso, las mujeres también se capacitaron en temas de liderazgo, participación, ciudadanía activa y derechos sexuales y derechos reproductivos.
Entre las participantes se encuentra Sandy Vera, campesina, habitante de la vereda Nueva Esperanza y madre de una niña. Una mujer que se formó como bibliotecaria y que decidió volver a su tierra a pesar de que su familia fue expulsada en la época más dura de la violencia.
Sandy volvió porque quería recuperar sus raíces. Y porque le gusta el campo. “En marzo de 2019, Lida me invitó a una reunión de ‘Mupropaz’. Al principio, me dio mucha impresión ver a las excombatientes, pero poco a poco he ido aprendiendo a conocerlas y a sentirlas como iguales”, cuenta.
Así han aprendido a trabajar juntas, como, por ejemplo, cuando eligieron la iniciativa que pondrían en marcha con el apoyo de la ARN y el British Council. “Tuvimos la idea de montar un minimercado, pero nos dimos cuenta de que, la verdad, no iba a funcionar. Entonces, por voto popular, decidimos orientar el proyecto hacia lo social e invertir los recursos en mejorar las instituciones educativas”, explica.
Sandy asegura que esta experiencia ha hecho que se estrechen unos vínculos que jamás hubiera imaginado. “Ya no nos acordamos de lo malo. Aunque hay precaución, también hay buena voluntad. Lo más importante que he entendido de todo esto es que no siempre la gente se mete en la guerra porque quiere, sino porque no tiene otra alternativa”, dice.
Lida, por su parte, recuerda que “encontramos una comunidad solidaria en la que no ha habido estigmatización”. Eso, en su opinión, ha sido la clave para que estas iniciativas se sostengan. Aunque reconoce que la convivencia es un desafío. “Aquí seguimos, cumpliendo nuestra palabra y buscando la forma de sumar y multiplicar”, concluye.
Con sus historias, Lida y Sandy son ejemplo de liderazgo y empoderamiento. Ellas demuestran por qué #SoyMujerSomosCambio.
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