Ana Elvia y Gloria son primas; Olga y Jairo, hermanos. Viven en Pasca, un municipio ubicado en el páramo de Sumapaz, donde la vida les permitió reencontrarse para escribir un nuevo capítulo de reconciliación y trabajo por su comunidad.
Ana Elvia Gutiérrez sube por una colina del centro de Pasca, un pueblo de Cundinamarca, de donde es y adonde retornó tras haberse ido a los 13 años. La acompaña su hijo Eduard, de tres años, y su prima Gloria Isabel Romero, a quien conoce desde agosto de 2019 y ya la considera su amiga.
“Mi mamá siempre me habló de una prima que se había ido a la guerrilla. No sabía que habíamos estado juntas, durante meses, en los talleres con enfoque de género. Un día, en la calle, me señaló a Ana Elvia. Al volverla a encontrar en una clase, le pregunté:
—¿Tú eres Morales?
—Sí, ¿por qué?
—Porque yo soy Gloria Romero Morales: soy la hija de Beatriz Morales.
—¿De mi tía Beatriz?
—Sí, tú eres hija de mi tía Ema. Somos primas”.
Así recuerda Gloria este reencuentro familiar, que se dio durante las capacitaciones que en su pueblo dictó la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) y el British Council con su programa ‘Active Citizens’, las cuales se convirtieron en escenario de reconciliación, solidaridad y trabajo en equipo.
Como Ana Elvia y Gloria, 30 mujeres — excombatientes de las Farc-Ep y habitantes de la comunidad — participaron en esta estrategia, en la que aprendieron sobre liderazgo, participación, ciudadanía activa y derechos sexuales y derechos reproductivos, entre otros temas.
Al final formularon un proyecto comunitario enfocado en un emprendimiento productivo de transformación y comercialización de frutas, verduras y lácteos, con el fin de utilizar insumos típicos de la región para elaborar productos como queso, yogur, mantequilla y postres. A esta iniciativa la bautizaron ‘Mujeres forjadoras de progreso’, en referencia, justamente, a lo que ellas están haciendo.
“Para nosotras como excombatientes, unirnos con otras mujeres del municipio ha sido muy significativo. Me llena de orgullo porque muchas de ellas vienen de la ruralidad y no habían participado en procesos de este tipo. Con esta iniciativa esperamos ser emprendedoras y, además, generar oportunidades de vida”, cuenta Olga Bernal, quien adelanta su proceso de reincorporación en Pasca.
A Olga y Ana Elvia las une el trabajo por las mujeres de su comunidad, y, también, los lazos de amistad y familiaridad. Desde hace muchos años, sus familias se conocen. La mamá de Olga subía al páramo a la casa de Ana Elvia para ‘echar fiesta’ antes de que todos –Ana Elvia, Olga y Jairo, su hermano– decidieran vestirse de camuflado.
En el proceso de reincorporación, Olga también vivió su propio reencuentro familiar. Para volver a ver a su hermano, al que le lleva año y medio de diferencia, viajó durante dos días hasta El Guayabero, en el departamento del Meta, a través de todo tipo de caminos y medios de transporte (carretera, selva adentro, cruce en río, caminata y otros).
Habían pasado, al menos, 8 años desde la última vez que Olga y Jairo se vieron. Y desde ese reencuentro en 2016, los dos trabajan para contribuir a la reincorporación de los exintegrantes de las Farc-Ep en Pasca, siempre de la mano de sus vecinos. Ella, como una de las lideresas de ‘Mujeres forjadoras de progreso’, y, él, como uno de los líderes de la Cooperativa Multiactiva Integral de Pasca (Coomupas), que reúne a 24 excombatientes y habitantes de la comunidad alrededor de la crianza de conejos y pollos y el cultivo de frutas y hortalizas.
Jairo y los demás integrantes de Coomupas aran la tierra para que, pronto, todo lo que produzca sirva para alimentar a sus familias y alcance para vender en el municipio. Este mismo es el sueño de Ana Elvia y Gloria, así como de las demás ‘Mujeres forjadoras de progreso’, quienes están próximas a abrir su local, muy cerca de la plaza principal de Pasca, del que esperan obtener recursos para contribuir a su independencia económica.
“Este proceso trajo gratas sorpresas para mi vida, empezando por la convivencia con muchachas que ahora son mis amigas y que trabajamos hacia un mismo objetivo”, concluye Ana Elvia. Ella, Olga y sus compañeras son ejemplo de liderazgo y juntas demuestran por qué #SoyMujerSomosCambio.
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